Además de los típicos martillos, destornilladores y alicates, existe un elemento imprescindible en cualquier caja de herramientas cuya importancia pasa muchas veces desapercibida. Ya seas un profesional de la carpintería, un especialista en construcción o un manitas en casa, cualquier usuario con un mínimo de experiencia en trabajos manuales conoce la importancia de los clavos, piezas simples, pero de gran utilidad en múltiples situaciones. Muchas veces tendemos a dar por sentado que todos los clavos son iguales que no debe restarnos demasiado tiempo, pero nada más lejos de la realidad. Hoy vamos a explicarte qué aspectos debes tener en cuenta la hora de elegir los mejores clavos para tu trabajo, ya sea como profesional o aficionado.
Elementos estructurales de un clavo
Puede parecer redundante, pero conocer las partes de un clavo y sus correspondientes variedades es fundamental a la hora de elegir el más adecuado para nosotros. De todos es sabido que los clavos se dividen en dos partes principales, cabeza y cuerpo. Algunos especialistas consideran también la punta como una tercera parte, pero en términos generales se puede afirmar que todo clavo se divide en dos estructuras bien diferenciadas.
La cabeza del clavo
Dependiendo del tipo de trabajo para el que esté diseñada o el acabado que se pretenda conseguir, la cabeza de los clavos puede dividirse en cuatro tipos. La más básica y extendida en carpintería es la cabeza plana, ideal para trabajos en los que se emplean piezas poco gruesas. Estas cabezas ofrecen una gran superficie para ser golpeadas con el martillo. En el caso de la construcción, los profesionales siempre recomiendan emplear cabezas anchas, cuyo mayor diámetro permite incrementar la superficie de agarre. Ambos tipos de cabezas pueden contar a su vez con una versión estriada para facilitar el trabajo y que el martillo no resbale al impactar contra la superficie.
Las cabezas de los clavos también pueden estar preparadas para disimular su presencia o disponer de un acabado llamativo. Los clavos con cabeza perdida son ideales para trabajos con materiales de poco espesor en los que el clavo debe camuflarse lo máximo posible. La cabeza queda enrasada sobre la madera. Otras variantes cuentan con cabezas de diferentes formas y tamaños ideales para conseguir un aspecto decorativo sobre la pieza.
El cuerpo del clavo
La resistencia de cada clavo dependerá de su tipo de cuerpo. Los clavos que facilitan una sujeción más duradera disponen de un cuerpo roscado que evita que los sucesivos golpes o vibraciones provoquen una separación entre las dos piezas. En el sentido opuesto nos encontramos con los cuerpos lisos, los más comunes en labores de carpintería y los más fáciles de manejar, con la desventaja de que ofrecen el tipo de unión más frágil.
A medio camino entre los clavos roscados y lisos se encuentran los estriados, con un relieve anillado que proporciona una mayor unión entre las piezas. No se recomienda este tipo de clavos en aquellos materiales que vayan a desmontarse posteriormente, pues dificultan mucho el desclavado.
Todo cuerpo de clavo termina en una punta que a su vez puede ser de tres clases: de cincel, la más extendida y que mayor facilidad ofrece sobre la madera, afilada, con aristas para garantizar el agarre en materiales duros, o de punta roma para prevenir grietas o astillas.
Clavos Dewalt, materiales de calidad
Dewalt es uno de los fabricantes mejor valorados por los profesionales. En el ámbito de los clavos, su catálogo alberga multitud de piezas con cada una de las cabezas y cuerpos que hemos mencionado anteriormente, desde clavos para martillos manuales, hasta otros especializados en clavadoras mecánicas. Dewalt ofrece un amplio repertorio de clavos para todas las herramientas y cuya eficacia está más que comprobada en multitud de materiales.
Ahora que conoces los elementos que debes tener en cuenta para elegir los mejores clavos, echa un vistazo al catálogo de Dewalt y hazte con los que más se adapten a tus necesidades profesionales.